17 de julio de 2012

Emilio Sutherland y en su propia trampa; El justiciero de la pantalla chica



Es comun escuchar a las personas quejarse de lo bajo que ha caido la televisión chilena, que no existen espacios culturales y que lo trivial y mundano se ha tomado la pantalla chica. Pero aún existen esperanzas, pequeñas joyitas han aparecido en este basural denominado televisión: El programa “En su propia trampa” ha emergido como un oasis en el desierto para saciar la sed de tantos televidentes inconformistas y deseosos de espacios televisivos de calidad.

Emilio Sutherland (Tio Emilio para el medio) se ha transformado en el Elliot Ness de la televisión chilena, organizando un verdadero escuadrón de periodistas y técnicos que luchan contra la injusticia, la delincuencia, los timos y engaños de personas inescrupulosas. A través de su programa, denuncia valientemente y con ahínco a quienes de forma cobarde, intentan perjudicar al bajo pueblo. Pero ahí está Emilio,  el justiciero, el heroe que sin capa ni superpoderes, solo con sus micrófonos y cámaras ocultas, combate la puerta giratoria que los diversos gobiernos no han podido solucionar.

En mi admiración por este periodista, he querido cooperar con su causa y ayudar con algunas ideas para que siga combatiendo con la misma fuerza al lumpen que aparece en sus reportajes, aquí algunas sugerencias:

- Fiscalizar a los vendedores de cloro y leche que le echan agua a sus productos

- Vendedores de cucuhflís que le echan manjar solo en los extremos.

- Carteros que cobran mas de $30 pesos por carta.

- Empaquetadores de los supermercados que ponen solo una bolsa a las botellas de vidrio y otros productos pesados.

- Delincuentes que roban wifi y se cuelgan de la televisión digital.

- Niños que se quedan con el lapiz y la goma cuando se les toma el Simce.

- Personas que hurtan revistas de las salas de esperas.

- Jovenes que se llevan los lentes 3D del cine para su casa (no tienen filtro UV y son feos)

-  Personal de aseo de los malls que se toman los conchitos de bebida.

Espero que con estas sugerencias y el aporte de la ciudadanía, podamos batallar contra la delincuencia real y ser un país desarrollado. Espero encontrar a otros lectores que quieran unirse y apoyarme en la causa para iniciar el proceso de beatificación de Emilio Sutherland.

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